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Consagrada Imagen de Jesús
Nazareno de la Indulgencia
En tiempos recientes, la Imagen de Jesús Nazareno de la Indulgencia ha sido atribuido a Joseph Blas Rodríguez, quien también se cree que realizó las esculturas del Señor Sepultado de la Recolección y el Cristo de la Columna y San José del Calvario.
Según fuentes hemerográficas citadas en la publicación después de la Semana Santa de 1907, (LA SEMANA CATÓLICA PAGS. 338-339) evidencian que el Martes Santo 26 de marzo de 1907 en horas de la tarde salió procesión de Jesús Nazareno, Virgen de Dolores acompañados por San Juan y Santa María Magdalena; luego de ello, un turno original atestigua que el Martes Santo de 1956 Jesús Nazareno de las Beatas de Belén hizo recorrido en vía crucis penitencial por las calles adyacentes al templo.
Es hasta el martes Santo, 1 de abril de 1969, en que se documenta una procesión ininterrumpida que recorrió el Barrio Gerona y es entonces cuando se inicia la intención de formar una agrupación encargada de la organización de la procesión de Jesús Nazareno de la Indulgencia.



Treinta y tres años después, en que, pasada la pascua del año 2002, llega como rector del Templo Beatas de Belén Monseñor Marco Aurelio González Iriarte, agrupando a sus colaboradores en una comunidad a la que denomina “Comunidad Beatas de Belén”, nombre actual que aglutina a todos los colabores y colaboradoras que con el propósito de apoyar en el Templo Betlemita trabajan bajo la guía espiritual de su rector.
Con la llegada de Monseñor González Iriarte, se busca retomar y fomentar muchas de las grandes devociones que en los años 40`s y 50´s se mantenían vigentes gracias al arduo trabajo de las familias, vecinos y sacerdotes que en su momento las fomentaron.
¿Cómo llegó esta joya barroca de Jesús Nazareno de la Indulgencia a la Iglesia del Beaterio de Belén en La Nueva Guatemala?
La primera referencia cierta encontrada hasta ahora por los investigadores se tiene en los inventarios del templo del hospital de Convalecientes de Nuestra Señora de Belén, en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala. Se trata de la Iglesia construida bajo la dirección del arquitecto Mayor Joseph de Porres y estrenada a partir de 1668 como parte del conjunto del convento y hospital de convalecientes de la Orden Betlemita (o de los Hermanos de Nuestra Señora de Belén) fundada por el Santo Hermano Pedro. Esta fue la única orden religiosa creada en tiempos de la Colonia en América y tenía como carisma la asistencia de los enfermos convalecientes y la educación de los niños pobres. En poco tiempo se extendió por todo el continente, desde México hasta Argentina, atendiendo toda clase de necesidades espirituales y materiales: fundaron hospitales, colegios, orfanatos, iglesias y asistieron a indios y negros (una novedad en la época).
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En la Ciudad de Santiago había surgido también la rama femenina en 1668, para atender el área de mujeres enfermas del hospital de convalecientes.
El beaterio de las hermanas tenía también un modesto templo, el cual era conocido como las Beatas de Belén. Para el año 1758 aparece ya mencionada la imagen de Jesús Nazareno como parte de los bienes del templo del hospital de convalecientes Nuestra Señora de Belén.
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En el inventario de dicho año consta que había un “altar-retablo de madera sobredorada para una imagen de Jesús Nazareno de vestir, con tres tableros de pincel, los dos de Nuestra Señora y San Juan Evangelista y uno de la presentación ante un Pontífice”. En los subsiguientes inventarios (en 1766 y 1769) se menciona nuevamente dicho retablo con la imagen del Nazareno. Los terremotos de 1773 provocaron daños considerables en el templo del hospital de convalecientes, pero este no se cayó, conservándose todos los bienes que pertenecían a la Iglesia igual que sus altares, imágenes y demás adornos, todo lo cual fue guardado en el refectorio y enfermerías del hospital.
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No corrió con la misma suerte el templo de las Beatas, que se derrumbó casi completamente. Después del traslado de la ciudad al Valle de la Virgen, la construcción del convento y el templo provisional de los bethlemitas duró varios años.
En los inventarios de dichos años aparece mencionado a Jesús Nazareno de la Indulgencia y su retablo, pero guardados, mientras se terminaba la construcción, lo cual sucedió hasta muchos años después.
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Paralelamente y por consideración a que el conjunto en la antigua ciudad fue cuna de la orden bethlemita, los hermanos consiguieron en 1799 la autorización real para seguir teniendo un hospicio y así cuidar la iglesia y el convento que de lo contrario hubieran quedado totalmente abandonados.
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Así fue como la imagen de Jesús Nazareno de la Indulgencia junto con su altar regresó a la antigua ciudad de Santiago. La historia dio un giro inesperado cuando en 1820 las cortes liberales de Cádiz suprimieron la rama masculina de la Orden por haberse dado refugio y hospitalidad en los conventos bethlemitas a los independentistas de las colonias españolas. Cuando fue suprimida, la Orden contaba con más de 20 hospitales de convalecientes y por lo menos una decena de escuelas de niños pobres.
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Sólo sobrevivió la rama femenina, es decir, las beatas de Belén. Con la llegada de la Independencia, se desencadenaron los movimientos liberales que dieron como resultado la expulsión de los religiosos en 1829. Las obras de muchos templos fueron suspendidas.
Para 1839 murió el último Prior de Belén y en 1840 el último bethlemita que acompañaba a las beatas. Una vez que se consolidó el régimen conservador de Rafael Carrera, la nueva situación permitió que se continuaran las obras de templos y conventos y que las órdenes religiosas pudieran retornar a Guatemala.
El templo y convento de Belén, después de haber sido custodiado por el mayordomo de la hermandad de la Cruz del Milagro, fue otorgado en 1851 a los padres jesuitas que llegaron provenientes de Colombia.
Dos años después llegaron otros sacerdotes de la Compañía de Jesús que fueron expulsados del Ecuador. Allí se instaló el noviciado jesuita pero en 1854 dejaron Belén para tomar posesión del templo y convento de La Merced, otorgado a ellos mediante un breve Pontificio.


Comentario de la imagen
La Escultura presenta rasgos definidos en su rostro que a diferencia de otros nazarenos muestra una palidez que imagina a Jesús camino al Gólgota. Hilos de sangre recorren su frente, rostro, ojos y cuello, mismos que llegan hasta el hermoso encarnado de su pecho. En el que se dejan observar los tendones y venas exaltadas que la hacen una imagen única en su género. Detalles barrocos en el ensortijado de su barba le agregan una calidad excepcional. Las manos abrazan suavemente la cruz; la derecha hacia arriba mientras que la izquierda se coloca levemente hacia abajo; mismas que se acentúan en las venas y tendones que le dan un dramatismo y calidad escultórica a la imagen.
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Su silueta presenta la de un cuerpo quebrado por el peso de la cruz, girado levemente hacia la derecha, mientras que su cabeza se inclina hacia el frente. Su mirada profunda y dolorosa como si demandara compasión, intensifica la excelencia de la talla que es sostenida por los pies encarnados desde abajo de las rodillas. El izquierdo marcando un paso hacia adelante, mientras que el derecho levemente inclinado como tomando impulso para seguir camino al Calvario.

Marchas dedicadas a Jesús Nazareno
Jesús de la Indulgencia
Autor: Enrique Vásquez Quinteros
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en 1974 cuando se pidió al maestro Enrique Vásquez realizara una marcha fúnebre dedicada al Nazareno. El 3 de marzo de 1975, el maestro Vásquez, hizo entrega de 20 partituras de lo que a partir de ese momento se convirtió en la marcha oficial Jesús de la Indulgencia. El maestro Vásquez entregó la partitura a los directivos de esa época, las partituras las acomodo en un fólder Manila, al cual le hizo un dobles como de sobre, en el frente se lee de puño del autor: “Jesús de la Indulgencia, marcha fúnebre por J. Enrique Vásquez Q. Con toda mi fe dedico esta humilde plegaria a la venerada imagen de Jesús de la Indulgencia. Guatemala, 3 de marzo de 1975. El Autor.”
Indulgencia
Autor: Antonino Oddo
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Una vez autorizada por el Sr. arzobispo la buena nueva de la Consagración de Jesús Nazareno, uno de los colaboradores del Beaterio de Belén, inicia las gestiones para ver la posibilidad de que algún compositor extranjero de renombre compusiera una marcha dedicada a Jesús Nazareno por su Consagración. Después de entablar comunicación directa hasta la pequeña localidad de Trapani en Cicilia, Italia el 4 de julio de 2015 Monseñor Marco Aurelio González Iriarte envía misiva para solicitarla a lo que maestro Antonino Oddo acepta componer una marcha a la que meses más tarde nombra INDULGENCIA.
Fuente Divina
Autor: Manuel Estrada Velásquez
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El pasado lunes 18 de agosto de 2014, El Maestro Manuel Estrada Velásquez hizo entrega de una marcha dedicada a Jesús Nazareno de la Indulgencia. «FUENTE DIVINA» música y letra de su autoría. Misma que pasa a formar parte del archivo musical fúnebre, dedicado a las Imágenes de pasión del Beaterio de Belén. Monseñor Marco Aurelio González Iriarte y la Comunidad Beatas de Belén agradecen al Maestro Manuel Estrada Velásquez esta magnífica pieza musical, misma que se estrenará el próximo año 2015.